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Colchón de memoria: modelos doble, individual y una plaza y media

Parece imposible, pero el primer colchón de memoria fue desarrollado por la NASA. De hecho, la agencia espacial más famosa del mundo desarrolló este tipo particular de colchón para proteger los movimientos de los astronautas de las fuerzas gravitacionales durante el despegue. Han pasado muchos años desde los primeros usos de este colchón y hoy es uno de los tipos de colchón favoritos: su secreto radica en el material de relleno, que es termosensible, que aprovecha el calor del cuerpo para seguir sus líneas y adaptarse inteligentemente a él y luego regrese a la forma original.

Por eso, los colchones de memoria parecen tener una especie de recuerdo de la huella del cuerpo, de modo que es el colchón el que se adapta a nuestro cuerpo y no al revés. De esta forma la columna está en completo reposo, no hay músculos bajo tensión debido a una postura irregular y te despiertas perfectamente descansado y sin molestias. La elección del colchón de memoria garantiza una correcta asunción de la posición para dormir, así como excelentes beneficios para la circulación. Además, esta deformación no altera en modo alguno la estructura interna del colchón, que es extremadamente duradero y resistente al desgaste.

El único inconveniente de un colchón de viscoelástica radica en la escasa transpirabilidad del material interno, que retiene más el calor, con desagradables consecuencias para quienes padecen altas temperaturas en los meses de verano.