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Focos
Existen varios tipos de focos en el mercado: focos empotrables, de techo, fijos y orientables. Generalmente, tienen una estructura interna que soporta la lámpara y pueden ser de yeso, metal, acero u otro material siempre que tenga características de resistencia al calor para resistir el calor de la lámpara y el peso del foco. El cuerpo del foco, llamado brida, es en cambio de aluminio anodizado o acero inoxidable y le permite ajustar la dispersión del calor, mientras que el proyector empotrado (si está presente) dirige el haz de luz. La característica principal de los focos es dirigir la luz donde se necesita, en el punto preciso que queremos iluminar y resaltar.
Los focos modernos pueden fijarse o empotrarse en cualquier superficie, como techos y falsos techos, paneles de madera, estanterías, paredes e incluso suelos si decide dirigir el haz de luz de abajo hacia arriba.
Los focos empotrables se pueden posicionar de forma que la luz sea más interna que la lámpara, de esta forma la fuente de luz permanece empotrada y la iluminación más homogénea. Además de empotrar, los focos se pueden colocar simplemente en la pared, creando también composiciones.
Luego están los focos fijos que no permiten orientar el haz de luz, mientras que los orientables se pueden girar 360 ° a lo largo del eje vertical y horizontal para dirigir la luz en la zona deseada gracias al cono en la parte inferior que permite precisamente la movimiento.
Incluso los focos se pueden fabricar en varias formas y estilos, para adaptarse a cualquier entorno.